Pablo Hernández no solo recordara Viena por su primer y único tanto con la selección española el pasado 18 de noviembre de 2009. Desde ayer tiene otro en su colección todavía más bonito. El interior izquierdo del Valencia recogió el balón en su propio campo cuando se cumplía el minuto 90 para marcar el gol del honor en la derrota ante el Rapid de Viena y firmar el auténtico gol del verano. Una verdadera obra de arte en la que se deshizo de cuatro rivales.
El castellonense, todo un especialista en golazos como ha demostrado estos años, inició el eslalon en el campo del Valencia. Recogió un rechace de cabeza de Maduro e inició la carrera hacia la portería rival. Primero se deshizo del mediocentro austriaco con un caño, posteriormente se deshizo con un regate del mismo jugador del Rapid y uno de los centrales y, de nuevo pasó el balón por debajo de las piernas del lateral derecho para quedarse solo delante del portero. Ya solo quedaba batirlo y Pablo lo hizo usando su puntera y pegando el balón al palo con un disparo potente y raso. Un golazo que celebró tímidamente con Bernat, Jonas y Mathieu, y tuvo dedicatoria al cielo. Todo un golazo con el que quiere demostrar que, tras la marcha de Joaquín al Málaga, la banda derecha tiene un único dueño esta temporada y ese es Pablo.
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