El castellonense alucinó dentro de un Fórmula 1 de la escudería italiana un día antes de marcharse con la Roja.
18.45 horas. Circuito de Cheste. «Todavía no me creo que esté aquí para montarme en un Ferrari», reconoce emocionado. La ilusión le embarga. Le supera. Está desbordado. Nervioso como nunca lo está antes de un partido de fútbol. Pablo está a punto de cumplir su otro gran sueño de color rojo. El pasado lunes fue convocado por Del Bosque para la selección española. Lo máximo para un futbolista. Ayer, experimentó las sensaciones que vivirá Alonso el año que viene dentro de un Ferrari. Lo máximo para un enamorado del motor y de 'Il Cavallino Rampante" como el castellonense. La escudería italiana le abría las puertas de su ´box´, de su templo sagrado, sólo para él y con SUPER de testigo.
18.45 horas. Circuito de Cheste. «Todavía no me creo que esté aquí para montarme en un Ferrari», reconoce emocionado. La ilusión le embarga. Le supera. Está desbordado. Nervioso como nunca lo está antes de un partido de fútbol. Pablo está a punto de cumplir su otro gran sueño de color rojo. El pasado lunes fue convocado por Del Bosque para la selección española. Lo máximo para un futbolista. Ayer, experimentó las sensaciones que vivirá Alonso el año que viene dentro de un Ferrari. Lo máximo para un enamorado del motor y de 'Il Cavallino Rampante" como el castellonense. La escudería italiana le abría las puertas de su ´box´, de su templo sagrado, sólo para él y con SUPER de testigo.
«Míralo, éste es el que llevaba Michael Schumacher cuando fue campeón, y éste es el de Massa del año pasado... ¡Y éste es el de este año de 2009! ¡Qué pasada! Es alucinante. Se me pone la piel de gallina sólo de verlos». A Pablo se le abren los ojos como platos al ver decenas de monoplazas rojos juntos. Esta vez no está comedido. Está disfrutando como un niño. Pero, llega lo mejor. El momento que esperaba desde pequeño. Tiene hasta un mecánico italiano a su disposición. «Hola, me llamo Luca, soy de la Juve. Te voy a enseñar a meterte... ¡pero le tienes que meter unos cuantos goles al Génova, eh!», bromea el italiano. Lo que parece fácil, resulta casi imposible. «¡Uff!, es imposible meterse aquí dentro. Me ha costado un montón, sin la ayuda del mecánico no hubiera podido. Es increíble, qué presión. Además, no ves nada. ¡Y mira que retrovisores más pequeños tiene! Estás abajo metido con todos los cinturones de seguridad apretados y el Fórmula-1 este mide casi cuatro metros. Parece imposible controlarlo. Tiene mucho mérito, ahora te das cuenta porque dicen que los pilotos tienen que estar muy preparados». Peor es la salida. «Madre mía, lo que sí me costó mucho es salir. No podía. Tenía las piernas ahí encajadas. Es una sensación increíble. Esto en marcha será único».
Luca continúa enseñándole el interior del monoplaza. El volante sorprende a Pablo. «Cómo pueden manejar un volante con 36 botones a la velocidad que llevan. ¡Te volverías loco!». El castellonense es un experto y pronto lo demuestra. «Este es el botón para las salidas, ¿verdad? Mira, esto es el difusor que tanta polémica creó y esto de aquí es para que beban los pilotos». apunta Pablo. «¡A Alonso habrá que ponerle sidra!», bromea Luca. Pablo ríe. Está contento. «Había estado en dos grandes premios, en Montmeló y Valencia, había montado en karts con el mono que tengo en casa, había probado un Ferrari 430 deportivo este verano, pero nada es comparable a un F-1 de Ferrari. ¡Qué suerte tendrá Alonso y qué suerte he tenido yo!» Antes de salir del ´box´ ya tiene un nuevo sueño...¡Quiere conducirlo!
http://www.superdeporte.es/valencia/2009/11/12/pablo-subir-ferrari-gran-sueno/77760.html
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